Joaquín Cid Pasanau nació en Benifallet el 10 de agosto de 1899. Fue militante de la CNT. Se trasladó a Barcelona en donde realizó la mayor parte de su actividad política.
Durante la dictadura de Primo de Rivera se fue a vivir a Toulouse. El 7 de febrero de 1924, las autoridades francesas emiten una orden de expulsión del país debido a sus actividades políticas. En cuanto puede regresa a Toulouse a trabajar como minero en La Grand Combe, un lugar cercano a Nimes, y el 15 de junio de 1925 lo detienen nuevamente para proceder a su expulsión, ya que había infringido una ley de residencia de extranjeros.
En esta época decidió cambiar de nombre, llamándose Francisco Castellet. Obligado a volver a Barcelona, regresa a la militancia política.
Se casó con Luisa Pasanau Solà en 1927. El matrimonio tuvo dos hijas, Flora y Aurora.
Era militante de la CNT, como varios miembros de su familia. En 1934 ingresó en el Partido Sindicalista (PS) y a finales de 1935 dirigió el Comité Regional de Cataluña. Fue el encargado de asistir a las negociaciones para incorporar al Partido Sindicalista al Frente Popular, llamado en Cataluña el Front d’Esquerres. Las conversaciones no tuvieron éxito.
El 19 de julio de 1936, decide dejar su trabajo para defender la República. Junto con un compañero de partido llegan a Plaza Universidad y se acercan a unos militares que estaban en la zona. Sin embargo, son detenidos por un capitán. Fueron liberados en la madrugada.
Los “sindicalistas” participaron en la defensa de la ciudad y en el sitio de las casernas del Séptimo Regimiento de Artillería Ligera, así como también en el ataque al Parque de Artillería, ubicados en Sant Andreu del Palomar.
El 21 de julio se reúnen los miembros del Comité Ejecutivo del partido, entre los cuales está Joaquín Cid. Los demás son Celso Vallejo, Ángel Pestaña (presidente) y Josep M. Bertran de Quintana. El objetivo era coordinar que el partido se sumase a las milicias republicanas para derrocar a los golpistas.
Joaquín se alistó en la columna de voluntarios al mando de Eduardo Medrano. El 23 de julio derrotaron al ejército franquista en Mataró.
Joaquín pertenecía a un grupo conocido como Portaferrissa, ya que era el nombre de la calle donde estaba la sede del partido.
El 30 de julio la columna partió al frente de Aragón para realizar tareas de fortificación. También participaron en diversos bombardeos, y el 7 de agosto lograron tomar Santa Eulalia.
El 17 de agosto de 1936 Joaquín y el grupo Portaferrissa marchan a Santa Coloma de Cervelló para dar apoyo a la columna que defendía la zona. Poco después el grupo regresa a Barcelona.
Él junto con otros compañeros crean el Comité Catalán de Ayuda a Euskadi. Fue su presidente hasta que finalizó la Guerra Civil. El objetivo era auxiliar a los refugiados vascos que llegaban a Cataluña.
En 1937, debido a la muerte de Pestaña, Joaquín Cid es elegido secretario político del Comité Ejecutivo Federal. Durante esta etapa dicho comité organizó un taller clandestino de sombreros para poder sobrevivir. En este taller trabajaban también sus compañeras. Ese mismo año la diplomacia mexicana les concede una ayuda económica con la cual pueden vivir.
Joaquín cruzó la frontera en coche el 8 de febrero de 1939. Después de pasar por varios campos de concentración, se queda en Toulouse. Aquí comienza su actividad clandestina. Su mujer y su hija Flora, que entonces tenía 9 años, se quedaron en Barcelona, pero debido a la represión que había, cruzaron la frontera a pie en 1940. Ambas fueron internadas en Argeles antes de reunirse con Joaquín en Besiers, el mismo año.
Cid trabajaba de comerciante y además percibía la ayuda de 150 francos al mes de la embajada mexicana, ya que seguía siendo miembro del Consejo Nacional del Partido Sindicalista.
En el mes de junio de 1941 lo detienen en maison d’arrêt de Besiers.
El 27 de diciembre del mismo año lo envían a Vernet, por ser un “extranjero peligroso”.
Mientras estuvo en el exilio participó activamente con la resistencia del País Vasco francés. Lo que provocó varias detenciones de la policía francesa. Incluso se le cursó una orden de expulsión en 1942, un poco antes de que las tropas alemanas entraran en el sur de Francia. La Gestapo también lo detuvo infinidad de veces siendo sometido a interminables interrogatorios para que hablara sobre la documentación que le habían requisado. Sin embargo, no pudieron acusarlo de nada.
Su esposa Luisa y Flora, la hija del matrimonio vivían en Besiers, a 200 km del campo. Luisa pedía constantemente permisos de 48 horas para encontrarse con su marido, para así aprovechar el viaje. Sin embargo, siempre le fue denegado aludiendo que sólo tenía derecho a dos horas de visita al mes. El 26 de enero de 1943 realiza una nueva petición de visita, desde un nuevo domicilio, en Villenueve-le Bauloc, a 80 km del campo. El 8 de febrero recibe la autorización.
Joaquín estará en este campo de concentración hasta el 27 de mayo de 1944, fecha en que la Organización TODT pide su traslado. El 6 de junio llegó al campo de la isla de Alderney (Aurigny en francés) y es obligado a trabajar en la ampliación del anexo 6 del Muro Atlántico.
Debido a su constante persecución, en enero de 1942 trató de viajar en el último barco que salía hacia México, sin embargo, no pudo embarcar porque le faltaba el certificado médico requerido, que la Organización Todt le había quitado.
El 7 de mayo se llevaron de Vernet a los judíos. Sin embargo, el 5 de junio trasladaron al campo a un grupo de exiliados españoles. Les pusieron un brazalete con las letras RS que significaban Rotspanier.
Las SS eran los que estaban a cargo del campo de concentración, pero la Organización Todt se hacía cargo de los trabajadores forzados mientras estaban trabajando en el Muro Atlántico. Todos los trabajadores tenían además una banda blanca en los costados de los pantalones. Su labor era construir bloques de hormigón.
La jornada de trabajo era de unas 12 a 15 horas. Cuando regresaban debían seguir trabajando en tareas propias del campo de concentración.
Cid contaba en una entrevista: “En los campos alemanes se mataba a mansalva, por eso se les llamaba los campos de la muerte, pero los franceses nos mataban de hambre y miseria”1.
Joaquín contaba que los españoles eran inmensamente solidarios y estaban muy bien organizados. Además, trataban de hacer sabotajes de todo tipo, como una forma de lucha en contra de los alemanes. El 6 de junio se produjo el desembarco de las tropas aliadas en Normandía.
El 26 de junio por la noche salen de Vernet todos los prisioneros menos los republicanos españoles que tenían labores especializadas. El 10 de agosto fueron reubicados en Fort Regent (Jersey), donde pasaron a formar parte activa del equipo que saboteaba a los nazis. El 9 de mayo de 1944 estos republicanos españoles fueron liberados. Sin embargo, los ingleses los trataban como enemigos porque eran los rojos españoles. En agosto, por fin Joaquín Cid quedó libre. A pesar de su estado de salud formó parte de la Novena unidad de vanguardia, formada casi en su totalidad por republicanos españoles.
Joaquín Cid era consciente de que los aliados apoyarían a Franco, así que sabía que no darían ningún tipo de apoyo a los exiliados españoles. Desde Francia se dedicó, durante un par de años, a preparar a jóvenes para entrar a España a luchar clandestinamente en contra del régimen franquista. Perteneció también a la Solidaridad Internacional Antifascista.
Joaquín se estableció junto con Luisa y Flora en Saint Juéry. Allí se convirtió en floricultor. Ellas querían volver a Barcelona, pero él se negaba argumentando que le quedaba algo de dignidad y que “sólo volvería con la frente bien alta” . Cuando un amigo suyo lo visitó, le pidió que no volviera y que no le dijera a nadie en dónde vivía, porque quería olvidarse del pasado.
La documentación encontrada por Mireia Margalef en los registros dice que su fecha de nacimiento fue el 29 de septiembre de 1901. También eliminó su segundo apellido. Margalef deduce que se cambió la fecha de nacimiento y omitió su segundo apellido, debido a su participación política, ya que muchos exiliados hacían lo mismo para que no los relacionaran con sus familiares, temiendo posibles represalias hacia ellos.
Margalef cuenta que Flora, la hija mayor de Joaquín, le explica que él recibió la medalla de la Legión de Honor de Francia, pero no se tiene la fecha de este importante acontecimiento.
Joaquín Cid Pasanau murió en Toulouse el 3 de noviembre de 1968, sin haber regresado a su tierra natal.
1 Margalef Castillo Mireia (2020). Quatre benifalletencs als camps nazis. Treball de reserca (TDR). P. 59.
2 Margalef Castillo Mireia (2020). Quatre benifalletencs als camps nazis. Treball de reserca (TDR). P. 70.