Mercedes Núñez Targa (también puede figurar con los nombres de Paquita Colomer o Francisca Puig, utilizados en la Resistencia).
Mercedes Núñez Targa nació en Barcelona el 16 de enero de 1911 en la calle Santa Ana, en el seno de una familia acomodada. Su madre, Ángela Targa Guitart, era catalana e hija de un chocolatero. Su padre, José Núñez Otero, natural de Bergondo (Galicia), se había establecido en Barcelona, abriendo una joyería en la Rambla de las Flores y pertenecía a la Junta Directiva del Centro Gallego de Barcelona.
Mercedes recibió una educación tradicional: clases de piano, de francés, de inglés, de comercio… Muy pronto se interesó por la corriente reformista de la Barcelona de los años treinta y lo que afirma su personalidad y su deseo de emancipación.
En los años treinta laboró como auxiliar de contabilidad y mecanografía en “Películas Cinematográficas Huguet”, en Barcelona. Compatibilizó esa tarea con el de dáctilo-mecanógrafa en el Consulado de Chile en Barcelona, donde estuvo hasta diciembre de 1936; aquí trabajó como secretaria de Pablo Neruda, Cónsul de Chile en Barcelona.
Estuvo vinculada al Ateneo Enciclopédico Popular y a los Amigos del Sol, propagando ideas naturistas, al “Club Femení i d’Esports”, entidad deportiva compuesta exclusivamente por mujeres. Al mismo tiempo forma parte de un equipo de remo. Esta actividad la llevará años más tarde a participar en la organización de las Olimpiadas Populares (contra-convocatoria de los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936), que se verían truncadas por el golpe militar de julio de 1936. Reafirmó su compromiso social y político, afiliándose a las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). Más adelante, dará un salto cualitativo afiliándose al Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC).
Terminada la Guerra Civil Española, pasa a Francia; pero pronto recibe instrucciones para ir a A Coruña y organizar el Partido Comunista en la clandestinidad. Fue detenida, sometida a un consejo de guerra y condenada a doce años de prisión por «auxilio a la rebelión». Cumplirá parte de su condena en la prisión de Ventas (Madrid). En 1942, por un error burocrático, fue puesta en libertad. Huyó a Francia, pasó por Argelès y se incorporó a la Resistencia, desde Carcassonne, con el nombre de Paquita Colomer. Fue detenida en 1944, iniciando el habitual recorrido: tortura, traslado a Romainville (París) internamiento en Sarrebrück (Alemania) y finalmente Ravensbrück.
Luego será destinada al comando Hasag, (cerca de Leipzig) formado por unas 6000 mujeres, entre ellas algunas españolas. Tras la liberación, el 14 de abril de 1945, participó en los juicios contra los colaboradores de la Gestapo, como el oficial Bach.
En su periplo por sanatorios para recuperar la salud, conoció a Medardo Iglesias, capitán de la Guardia de Asalto en la República, con quien se casó.
Recibió las más altas condecoraciones civiles y militares francesas: la Légion d’Honneur, la Médaille Militaire, nombramiento como sargento del ejército francés en el FTPF (Fran-Tireurs et Partisans de la France), la Cruz del Combatiente, la Medalla del Deportado y la de la Resistencia.
Desde su exilio en París, trabajó para la fundación del Partido Comunista de Galicia y colaboró en las emisiones de «La Pirenaica» (Radio España Independiente). Volvió a España en 1973 y se instaló en Vigo. Como delegada del Amical de Mauthausen y otros campos en Galicia, buscará y reagrupará a los gallegos que sufrieron la deportación. Asimismo, impartió charlas en escuelas y conferencias en diversos lugares.
Escribió Cárcel de Ventas y Destinada al crematorio (traducción de su hijo Pablo Iglesias Núñez de El Carretó dels gossos. Una catalana a Ravensbruck), recopilados en El valor de la memoria. De la cárcel de Ventas al campo de Ravensbrück.
Murió en 1986.