Agustín Maigí i Ferré nació en Amposta el 29 de enero de 1922. Hijo de Juan José Maigí Salvadó y de Josefa Ferré Álvarez. Agustí fue ebanista y posteriormente escultor y pintor. Era el menor de cuatro hermanos: Visitación, nacida en 1910, Jacinta en 1913 y Juan, nacido en 1915. Juan José, el padre, era agricultor. La madre trabajaba en las labores propias del hogar. Su hermano Juan ayudaba al padre en el campo mientras Agustí iba a la escuela Miguel Granell, que era parte de las Escuelas Nacionales públicas.
Visitación estaba casada con Batiste Fonollosa Miralles, ellos tuvieron dos hijos, Georges y Mariejo. Jacinta contrajo matrimonio con Josep Tomás. Batiste fue militar durante la República, lo reclutaron porque sabía leer y escribir. Josep pertenecía a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y trabajaba en el Ayuntamiento. Jacinta y Josep tuvieron a Liberto, que nació en octubre de 1938. Juan, el hermano de Agustí, tuvo que hacer el servicio militar en el frente, junto a su padre.
Cuando el tren que los trasladaba se detuvo, Joan escapó, pasando a la clandestinidad e incorporándose a la Resistencia. Su trabajo consistía en ayudar a las personas que necesitaban huir y facilitarles la entrada en el maquis. También conseguía suministros, como ropa, mantas, alimentos, armas e incluso uniformes alemanes. Otra de sus tareas era redactar octavillas en español, resumiendo las noticias que la BBC emitía en francés.
En enero de 1939 Josefa, Visitación, Jacinta y Agustí comenzaron su largo viaje al exilio. Se trasladaron en un camión de guerra a Sant Feliu de Llobregat, cerca de Barcelona, dos días antes de que los golpistas entraran en Amposta. Se refugiaron en una fábrica de tejidos, en donde pasaron mucha hambre, hasta que los franquistas entraron en la Ciudad Condal el 26 de enero de 1939. El padre y los cuñados se quedaron en el pueblo. Batiste Fonollosa tenía el rango de teniente del Ejército Republicano. La familia perdió toda comunicación entre ellos. A partir de ese momento, las mujeres, Agusti y Liberto, emprendieron el camino a la frontera. Agustí siempre llevaba en brazos a Liberto, hijo de Jacinta. Una de las razones por las cuales la familia tuvo que exiliarse fue el asesinato en 1936, del alcalde de Amposta, Joan Palau, ya que se decía que los responsables eran los anarquistas del pueblo, ente ellos la familia Maigí.
Josep, el padre y su hermano Juan fueron sometidos a un Consejo de Guerra “por rebelión” ya que los franquistas retorcieron el código militar para acusar a los defensores del gobierno republicano de “rebeldía”. Juan, de 24 años, fue reubicado de prisión varias veces: a partir de octubre de 1938 estuvo en el Campo de concentración de Medina de Ríoseco. El 15 de febrero de 1939 fue trasladado a la Prisión Provincial de Valladolid. El 11 de septiembre de 1939 lo llevaron a la Prisión Provincial de Tarragona. La documentación encontrada por Montserrat Ferrando, bisnieta de Agustí, en el Archivo Histórico de Tarragona, dice que el motivo penal de las detenciones “se ignora”2. El 27 de septiembre de 1939, Juan fue liberado.
Las mujeres de la familia, con Agustí y el pequeño Liberto se trasladaron a la frontera como pudieron, a veces en camión y otras andando. El 6 de febrero de 1939 llegaron por fin a Figueres, en donde sufrieron un gran bombardeo. Al cruzar la frontera la familia fue llevada a Tarn, Mazamet, un antiguo molino llamado Oule Hautpoul que estaba abandonado. En el interior había una sola estufa y el frío era muy intenso. Además, no tenían ropa adecuada para esas bajas temperaturas. Liberto enfermó de pulmonía.
La Cruz Roja los visitaba regularmente para conocer su estado de salud. Los refugiados que habitaban el molino buscaban desesperadamente a sus familias. Escribían cartas que entregaban al personal de la Cruz Roja para que se las hicieran llegar a sus parientes. Jacinta y Visitación lo hicieron buscando a sus maridos. El mensaje estaba en clave, con los nombres cambiados para no revelar su verdadera identidad. La carta fue publicada en el periódico Le Midi Socialiste, una publicación socialista de Toulouse.
El texto era más o menos el siguiente:
«Los refugiados españoles que se encuentran alojados en el molino del Oule, Mazamet (Tarn) (…) Cinta Maigí, de 25 años, evacuada de Amposta y Barcelona, busca a su padrastro José Tomás Pérez, de 50 años, de Amposta. (…) Visitacion Maigí, de 27 años evacuada de Amposta (Tarragona), busca a su tía Consuelo Drago, de 28 años y su sobrino Narcoz Ferré de 4 años 3«.
Aunque gran parte de la información era falsa, tenía los nombres de ellas, así que sus maridos pudieron saber en dónde se encontraban las hermanas Maigí. La publicación dio resultado y la familia se reunió en Mazamet a finales de 1939, a donde las hermanas, la madre, Liberto y Agustí, se trasladaron para estar todos juntos. Buscaron un lugar en el campo para poder vivir y trabajar. La Cruz Roja les proporcionó una casa en Le Cross, Lacrouzette y también trabajo en una carbonera llamada Le Cremusel. Los hombres estaban encargados de recoger troncos en los bosques para hacer carbón. Gracias a este trabajo, pudieron contactar con los maquis, haciendo de enlace de estos y los habitantes del pueblo.
A principios de 1943, el ejército alemán recorría los pueblos franceses buscando hombres que trabajaran para ellos. Los vecinos de La Cros, entre ellos los cuñados de Agustí, decidieron poner una enorme piedra en la carretera de entrada al pueblo para detener el paso de los soldados. Lograron bloquear el paso unos cuantos días, pero el ejército alemán entró al pueblo y se llevó a todos los hombres. Agustí, que ya contaba con 21 años, también fue capturado y forzado a trabajar durante 10 meses. Los llevaron a un campo de trabajo bajo el control de la Organización TODT.
La primera empresa a la que lo asignaron fue Arcasson, situada en la bahía de Arcachón, en la costa occidental francesa. Ahí fue muy maltratado, según sus propias palabras4. La empresa estaba encargada de la construcción de las bases submarinas alemanas y las fortificaciones llamadas «blockhouse», edificaciones parecidas a los bunkers, pero éstas no están bajo tierra.
Agustí y un compañero de trabajo decidieron fugarse y huir a Burdeos. Llegaron a un cuartel en donde conocieron a José María Otto Warckne (llamado cariñosamente por Maigí, “papá Otto”), un alemán que había vivido en Barcelona desde que era joven. Él les contó que tenía una empresa y que trataba de contratar a catalanes. Agustí fue contratado en el taller de carpintería. Una de las aficiones de Agustí Maigí era la pintura, Otto vio los dibujos que hacía y decidió trasladarlo a las oficinas de la empresa, en donde pasó a dibujar planos.
La relación de Agustí con “Papa Otto” fue muy especial desde el principio. Según sus palabras era un hombre protector. En 1916, Otto trabajó en Barcelona como comerciante de productos farmacéuticos y también colaboraba con el gobierno alemán.
En 1944, cuando Francia fue liberada, Otto Warckne regresó a Barcelona. En todo momento tuvo una estrecha relación con los exiliados republicanos, realizando incluso varios negocios en Latinoamérica. Agustí regresa a España en el mismo año, ayudado por “papá Otto”, su amigo y protector. Para organizar su regreso, Otto y Agustí fueron al consulado español en Burdeos. Allí pidieron los documentos necesarios para su retorno. Con el aval de su amigo, pudo regresar. Los trámites fueron tediosos y largos porque existía una ley española que prohibía la entrada a los connacionales que habían salido del país a partir del año 1938, además, eran considerados apátridas. Maigí sabía que debía dejar a su madre, hermanas, sobrinos y cuñados. Su deseo de luchar en contra del franquismo desde dentro del país era mucho más fuerte que el estar junto a sus familiares. Decía que era su deber defender sus derechos y libertades, así como los del pueblo español.
El día que cruzó la frontera lo capturaron por prófugo, ya que no había hecho el servicio militar correspondiente. Por este motivo tuvo que pasar unos meses en la prisión de Tarragona. Ahí se encontró con un conocido de Amposta que habló con el coronel que estaba a cargo. Decidieron enviarlo a hacer el servicio militar al cuartel Jaime I, así que le dieron dinero y lo enviaron a Barcelona a dicho cuartel. Estuvo ocho meses como soldado hasta que lo liberaron por tener un padre anciano que necesitaba cuidados. Tanto su padre como Juan, nunca se exiliaron.
Llegó a Amposta y no pudo contener su emoción. El pueblo estaba igual a como lo había dejado, a excepción del puente, que había sido reconstruido. Volvió a vivir con su padre. Recuperó la amistad con sus antiguos amigos sin importar su tendencia política. Conoció a Carmen Pallarés Serret, con quien se casaría. Siempre estuvo en contacto con la familia de Francia y viajaba a visitarlos cada vez que podía.
El 31 de octubre de 1946, Carmen y Agustí se casaron en Amposta. Él tenía 24 años y ella 20. Un año después nació su primera hija, Teresa Orquídea y en 1953, nació Margarita. Agustí se especializó en ebanistería. Abrió un taller con el que se ganaba la vida. Tenía muy buena reputación, así que hacía muebles para la clase acomodada de Amposta y también para la Iglesia de San José, como el pedestal de la Virgen del Carmen, construido entre 1954 y 1955. Años después, junto a su hermano Juan, abrió una fábrica de muebles. En la década de los setenta compraron un terreno en donde pusieron otra fábrica para elaborar mobiliario de mayor envergadura con maquinaria industrial.
También iba a Francia a la vendimia, así ganaba dinero extra y aprovechaba para visitar a su familia. Siempre llevaba a Juan, su hermano y a su hija mayor, Teresa Orquídea.
Agustí también pintaba, así que combinaba su trabajo de ebanista con su afición por la pintura.
Al final de su vida se dedicó profesionalmente al arte pictórico. Los temas recurrentes en su obra son los paisajes del Delta del Ebro, los arrozales o campesinos segando los campos. Nunca pintó algo sobre su exilio, sobre los campos de trabajos forzados o la Guerra Civil.
A finales de la década de los cincuenta y principios de los sesenta, Agustí junto a otros españoles que habían sido deportados a campos de trabajo, pidieron una indemnización al gobierno alemán. El Servicio de Indemnizaciones de la República Federal Alemana (RFA), rechazó todas las solicitudes argumentando que la Organización TODT sólo contrataba a trabajadores voluntarios. Las demandas de los españoles no se hicieron esperar, dando testimonio de todo lo sufrido durante el periodo en el que vivieron en los campos de trabajos forzados, ya que eran prisioneros obligados a trabajar y no voluntarios como argumentaban el Servicio de Indemnización.
La justicia alemana recabó todo tipo de información de las administraciones inglesas, francesas y alemanas. También escucharon cientos de testimonios de las víctimas y de testigos. Al final, los jueces les dieron la razón a los españoles, afirmando que las condiciones de vida en los Campos de la Organización Todt eran inhumanas, como en todos los campos de concentración nazis. Agustí recibió una indemnización del gobierno alemán, como el resto de los demandantes.
Nunca se desligó de la política, toda su familia pertenecía a partidos políticos o sindicatos de izquierda y también republicanos. Se afilió a Convergencia, a pesar de la ideología familiar. Él priorizó por la recuperación de la cultura catalana. Fundó el partido en Amposta, ya que no existía hasta ese momento. También decidió formar parte de la junta de formación. Maigí era republicano, pero Esquerra Republicana no existía en el pueblo, por esta razón se afilió a CIU. También estuvo trabajando como cafetero en el café de la República, pero dedicaba gran parte del tiempo a la política. Junto a varios compañeros de partido, formó una estructura política que defendía la cultura catalana desde una perspectiva nacionalista. A partir de 1972 se reunían en Transportes Badoch con personas como el director de La Caixa, Lluis Samsa o Jordi Pujol, que en aquel momento en Amposta nadie lo conocía. Agustí estuvo afiliado a Convergencia Democrática de Catalunya hasta su muerte.
En 1995 el Ayuntamiento de Amposta decidió asignarle la tarea de reparar las partes de cartón de los gigantes y de los cabezudos, ya que estaban en muy mal estado. Aunque era ebanista reparó las cabezas de las figuras de cartón piedra de las fiestas mayores, que se habían dañado con alguna caída.
Las hermanas, los cuñados, los sobrinos y la madre de Agustí no volvieron a España tras su fallecimiento. En la actualidad, esa parte de la familia sigue viviendo en Francia.
1 Garcia Espelta, R (2002) La Guerra Civil en Amposta a través de personajes. Amposta: Ed. IES Ramón Berenguer IV. En Ferrando Montserrat. Exili familiar. Memòria d’Agustí Maigí Ferré i treball forçat per a l’Alemanya Nazi.
2 Ferrando Montserrat. Exili familiar. Memòria d’Agustí Maigí Ferré i treball forçat per a l’Alemanya Nazi. p. 31.
3 Ferrando Montserrat. Exili familiar. Memòria d’Agustí Maigí Ferré i treball forçat per a l’Alemanya Nazi. p. 40.
4 Ferrando Montserrat. Exili familiar. Memòria d’Agustí Maigí Ferré i treball forçat per a l’Alemanya Nazi. p. 48.