Nació en Sama (concejo de Langreo, Asturias) en 1922. De pequeño vivió en Francia con sus padres; luego, al proclamarse la II República, retornaron a España. Su padre participó en la Revolución de 1934 (Asturias) y murió en la Guerra Civil Española. Con la caída de Asturias, fue evacuado en barco a Burdeos con otros niños y de allí trasladado a Cataluña, aún zona republicana.
Otra vez en Francia, al finalizar la guerra en 1939, fue llevado al campo de concentración de Noé (Alto Garona) y a las fortificaciones de Calais, pero se resiste a trabajar para la organización Todt. Se escapa y se une a la Resistencia. Será detenido y recluido en varias cárceles: Biarritz, Fort du Hâ (Burdeos) y Compiègne.
En diciembre de 1943 fue deportado al campo de concentración de Buchenwald, donde compartió barracón con Jorge Semprún. Allí trabajó en el interior de una fábrica próxima al campo. Rotella destacaba la camaradería de los deportados españoles.
Más tarde, cerca del fin de la guerra, fue trasladado al campo de Neuengamme, en la región de Hamburgo, donde murieron más de 56.000 personas. De allí logró escapar con la ayuda de un soldado desertor alemán.
Siempre recordaba el frío que pasaron y la solidaridad entre los compañeros de infortunio, pero también la indiferencia de la gente que los veía.
Recorrió los colegios e institutos franceses hablando de su experiencia y falleció en Eauze (departamento de Gers, Francia) en 2020.