Antonio Sala Pala nace en 1912 cerca de Barcelona, en el seno de una familia muy apegada a la cultura catalana. Antes del golpe de Estado de julio de 1936, trabaja como carpintero en Barcelona y es miembro de Esquerra Republicana de Catalunya.
Comisario político durante la Guerra de España (1936-1939), entra en Francia durante la Retirada e inmediatamente es aparcado en un campo de concentración, primero en Argelès-sur-Mer (Pirineos Orientales) y luego en Agde (Hérault).
En agosto de 1939, se incorpora a una Compañía de Trabajadores Extranjeros (CTE) y va a trabajar en Corrèze en el mantenimiento de bosques y la tala de árboles. Allí se encuentra el 10 de junio de 1941, pero unos días más tarde, él y sus compañeros de la CTE pasan bajo el mando del ocupante y son trasladados, en condiciones inhumanas, à Lorient (Morbihan) como trabajadores forzosos para participar en la construcción de la base submarina de esa ciudad.
En noviembre de 1941, los alemanes lo trasladan a las Islas del Canal para transferirlo de nuevo a Brest en septiembre de 1942. Al igual que otros carpinteros, es asignado a al Nationalsozialistische Kraftfahrkorps o Cuerpo de Automovilistas Nacionalsocialistas (NSKK), una organización que es para el transporte lo que la Organización Todt es para la construcción. En el NSKK intervienen obviamente muchos mecánicos, pero también otros oficios, en particular carpinteros quienes fabrican cajas para transportar el material y a veces maletas para los desplazamientos de los hombres.
Hasta mucho tiempo después, Antonio, quien prácticamente nunca habló de estos dolorosos momentos, se divertía sin embargo al recordar los sabotajes de los mecánicos españoles. Su estrategia era sencilla: reparar con mucho cuidado e ingenio todos los vehículos personales de los oficiales alemanes. Y en materia de ingenio, los tres años de la Guerra de España (1936-1939) les habían enseñado mucho; reparar con el mismo cuidado todos los vehículos destinados al transporte de material para que tuvieran que regresar al taller poco tiempo después, ¡con una falla aún más grave!
El 7 de junio de 1944, justo después del desembarco aliado, Antonio se ve obligado, al igual que muchos trabajadores del Cuerpo de Automovilistas Nacionalsocialistas (NSKK) de Brest, a acompañar parte del efectivo nazi que había recibido la orden de ir a reforzar las tropas en el sur de Normandía. Su avanzada es lenta y pernoctan dos o tres días en cada etapa. Llegarán a su destino a mediados de julio. Unos días más tarde, los alemanes continuarán su retirada hacia el este y abandonarán allí a los españoles.
En 1945, Antonio renueva su membresía en Esquerra Republicana de Catalunya y es electo presidente del Comité de Brest de la Junta española de liberación, la primera alianza significativa de fuerzas republicanas en el exilio.
Antonio se casa con una francesa con la idea de que la familia se vaya a vivir definitivamente a España en cuanto caiga Franco… ¡Antonio está muy lejos de imaginar en ese momento que la dictadura franquista durará 30 años más!